La
represa Engenheiro Sérgio Motta, más conocida como
Porto Primavera, está ubicada sobre el
río Paraná, entre las ciudades de
Bataipora (
Mato Grosso do Sul) y
Rosana (Sao Paulo) en
Brasil. El nombre suena muy bonito pero la obra es el mayor desastre ecológico del continente americano y uno de los peores del mundo. Su construcción, iniciada por la
Companhia Energética de São Paulo (
CESP) durante la
dictadura militar, es uno de los mas escandalosos casos de corrupción de ese país. Iniciada en
1980, su finalización estaba prevista para
1988, pero se inauguro recién en el año
2000, a un costo de 9.000 millones de dólares. La
presa tiene una longitud de 10.186 metros de longitud, y su
embalse ocupa 2.250 km2, convirtiéndolo en el mayor lago artificial de ese país. A pesar de su desmesurado tamaño, la central solo produce una media de 900 MW, sobre una potencia instalada de 1.800 MW, lo que la sitúa como la 3º
central hidroeléctrica más ineficaz del mundo, detrás de la
represa de Balbina, en
Pará, Brasil y de otra en
Egipto. El costo de la construcción de esta represa, aparte de la cuestión económica, fue acabar con el equilibrado bioma y algunas especies que habitaban la región como el mico león dorado o el tigre diente de sable.
Pero el desastre no acaba, pues el agua sigue subiendo en la región. Hay muchos animales amenazados muriendo en su totalidad por stress y por falta de tierra, como los ciervos pantaneros y los perezosos gigantes que están acorralados por el agua.
La poderosa compañia CESP ha callado las voces de ambientalistas y ONGs que reclaman hace años por esta situación y ha comprado el silencio de la prensa. Quien quiera ver más sobre el impacto ambiental de este monstruo inútil clique en
este trabajo del profesor Luiz Travassos.
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