El domingo estuvimos en el Barrio Chino de Buenos Aires, para festejar los 7 años de romance eterno entre mamá Aline y papá Federico.
Fue fantástico: almorzamos en el restaurant Lai Lai donde hay muy buena atención y la comida es rica. Comimos con palitos chop suey y tofu con bambú, riquísimos.

Después visitamos un supermercado de productos chinos que vende iguarias raras y estaba atestado de gente.
Compramos algas para cocinar con el arroz, saké, el poderoso vino de arroz, y una salsa picante mexicana que también venden ahí.
Es divertido ver productos extraños de los cuales no se puede adivinar ni el nombre.
Lo malo: no aceptan tarjetas de crédito en todo el barrio, parece que en China se paga todo en efectivo.
Geovani se divirtió, jugó a la pelota y está aprendiendo algunas palabras en mandarín.
Lo divertido de este Barrio Chino es que tiene chinos comprando y vendiendo, a diferencia del Barrio Chino de La Habana donde los chinos no dan la cara o ya se han ido.
2 comentarios:
Hihihih...
Como come essa criança!
Beijos da tia-dinda!
Está lindo com esses óculos escuros, e tirando onda comendo de palitinhos! êeeeeee!
Publicar un comentario