
La familia estuvo de visita en la la fuente monumental Las Nereidas (también llamada de Lola Mora por haber sido realizada por la escultora argentina Dolores Mora de Hernández). Es una obra realizada en mármol blanco de Carrara que actualmente se ubica en la Costanera Sur de la Ciudad de Buenos Aires. Representa a las nereidas asistiendo al nacimiento de la diosa Venus. Su inauguración en 1903, en el Parque Colón, provocó en su época polémicas por estar representadas en ella figuras desnudas.
Se trata de una de las obras más relevantes de la escultora Lola Mora (1867-1936), quien la realizó por encargo del intendente de la ciudad de Buenos Aires, Adolfo J. Bullrich. Éste pasó por alto la aprobación del Concejo Deliberante, lo que en su momento fue motivo de críticas.
La escultora, que se hallaba en un largo viaje de estudios en Roma, en agosto de 1900 regresó a su país con los bocetos de lo que sería la fuente, ofrecida en donación a la Municipalidad de Buenos Aires. La fuente la realizó en Roma junto a talleristas profesionales y alumnos del taller. Primero armó un pequeño modelo en arcilla y luego construyó uno en su actual tamaño en yeso. Finalmente se realizaron los trozos de mármol, que fueron trasladados a Buenos Aires a mediados de 1902. Lola también viajó para supervisar el armado final. Para ello usaba pantalones que le facilitaban el movimiento sobre los andamios, lo que fue considerado por algunos como un agravio a la moral, por lo que hubo que rodear el lugar de trabajo con una cerca de maderas.
La fuente iba a ser emplazada en la Plaza de Mayo, donde actualmente se halla la Pirámide de Mayo, pero debido a que los desnudos de la obra ofendían a los miembros de la curia, que se quejaban de la cercanía de los mismos al edificio de la Catedral de Buenos Aires, se buscó otro lugar. Se sugirió el barrio de Mataderos, por ser muy despoblado, o el Parque de los Patricios. Finalmente privó el criterio de un grupo de prestigiosos ciudadanos, entre ellos Bartolomé Mitre, de instalarla en el Parque Colón. Allí se inauguró el 21 de mayo de 1903, en lo que era la intersección del Paseo de Julio (actual Avenida Leandro N. Alem) con la calle Cangallo (hoy Juan Domingo Perón), a poca distancia de la Casa Rosada. A la ceremonia no asistió ninguna mujer.
Las polémicas moralistas continuaron: la sociedad aún "victoriana" consideró "licenciosas" y "libidinosas" las esculturas que mostraban (y muestran) sin recatos los cuerpos desnudos emergiendo triunfalmente de las aguas.