
Geovani sigue creciendo y la familia acompaña de cerca con mucha alegría. Ha desarrollado un evidente humor, cierta verborrea, la afinación vocal, el ritmo musical, la introspección, la curiosidad total.
Su evolución en el jardín de infantes es constante, elevando la sociabilidad y las capacidades lúdicas y motoras. Geovani salta, juega, baila, se entusiasma y comparte. Llama a sus colegas por el nombre y tiene sus amiguitos preferidos.
En casa los pasatiempos son varios: correr, andar en triciclo, pintar, cuidar de las cotorritas de la familia, cantar, jugar y ver películas. Su peli preferida es sobre trenes, para variar.
Los personajes y objetos de su pequeño mundo son: los autitos, los trenes, los animales (entre ellos el pingüino, los sapos, los perritos, la vaca, el caballo), el teclado, las guitarras, las pelotas y los ladrillitos.

Comidas: todas, pero en especial las papas fritas, la pizza, la fainá, las lentejas, el pescado. Sus preferencias: el tomate -como siempre-, las frutillas, los cereales, los jugos, los huevos de chocolate, las galletitas de chocolate y la torta de chocolate.
Está en la etapa divertida de dejar los pañales y eso naturalmente es una transición importante hacia la niñez plena. Cada vez que hace pis por decisión propia se gana un osito de caramelo. También duerme plácidamente, casi doce horas todos los días. Y muestra su búsqueda de identidad e independencia intentando elegir la ropa que va a usar, las zapatillas, los juguetes que lo acompañan en los paseos, los juegos.

Además de ir al jardín de infantes disfruta ir de paseo, jugar en las plazas, ver los tambores que pasan los domingos por San Telmo, soplar velas, acompañar a mamá Aline en sus clases y ensayos, ir al supermercado chino y dar vueltas en la calesita del Parque Lezama.